Introducción
El mundo de los contratos de futuros y de las opciones no ha dejado de crecer y expandirse con el paso del tiempo. Para comprender realmente qué significan hoy y qué papel cumplen en la economía global, resulta necesario detenernos en sus raíces: conocer cómo surgieron, cómo evolucionaron y por qué aparecieron.
Este recorrido histórico nos ayuda a entender que, detrás de la sofisticación tecnológica y financiera actual, se esconde una necesidad tan antigua como universal: gestionar la incertidumbre. Desde los primeros acuerdos comerciales hasta las plataformas electrónicas modernas, los futuros y las opciones han sido herramientas creadas por el ser humano para enfrentar lo mismo de siempre: la imprevisibilidad de los precios y de los mercados.
Como ejemplo: el CME Group Inc. (Chicago Mercantile Exchange y Chicago Board of Trade) es una compañía estadounidense de mercados financieros que Posee y opera grandes mercados de opciones y futuros en Chicago, Nueva York, e instalaciones de cambio en Londres, utilizando plataformas de negociación en línea. También es propietaria de los índices bursátiles y financieros del Dow Jones, y del CME Clearing Services, que proporciona liquidación y compensación de intercambios comerciales. Los contratos de derivados negociados en bolsa incluyen futuros y opciones basadas en tasas de interés, índices de acciones, divisas, energía, productos agrícolas, metales raros y preciosos, condiciones climáticas y bienes raíces. Ha sido descripto por The Economist como: “El mayor mercado financiero del que nunca hayas oído hablar”
Origen histórico
Los contratos a plazo (antecesores de los futuros), tienen raíces milenarias. En tablillas mesopotámicas ya se documentaban acuerdos para entregar granos o aceite en una fecha futura a un precio pactado, con el fin de estabilizar ingresos y abastecimiento.
Aristóteles nos relata el famoso episodio de Tales de Mileto, quien reservó con antelación el uso de prensas de aceite: una estrategia con rasgos de un contrato de opciones (pagó una prima por el derecho, no la obligación, de usar aquel activo si la cosecha era abundante).
En la Edad Media y el temprano capitalismo europeo proliferaron contratos a término sobre lana, granos y especias, muchas veces bilaterales y sin estandarización; su liquidación dependía de la solvencia y de la palabra de las partes.
En el siglo XVII, Ámsterdam y, con mayor notoriedad, el mercado de bulbos en los Países Bajos popularizó ventas a plazo que hoy identificaríamos como forwards.
La estandarización y negociación en un recinto organizado surgieron con claridad en Japón: el Dojima Rice Exchange de Osaka, activo desde principios del siglo XVIII, creó reglas, tamaños de contrato y prácticas de compensación para el arroz, adelantándose a conceptos que más tarde consolidarían los mercados modernos.
En Estados Unidos, el despegue llegó con la expansión agrícola y ferroviaria. La creación del Chicago Board of Trade (CBOT) en 1848 y la posterior estandarización (desde 1865) establecieron los pilares de los futuros: especificaciones homogéneas, cámaras de compensación y depósitos de garantía. En 1898 nació el Chicago Butter and Egg Board, que en 1919 se reconstituyó como Chicago Mercantile Exchange (CME), orientado a productos perecederos; con el tiempo, diversificaría hacia contratos de monedas, tasas y acciones.
Evolución
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, los futuros se afianzaron en granos, ganado y algunos metales. La figura de la cámara de compensación (intermediaria entre comprador y vendedor) redujo el riesgo de contraparte y permitió el apalancamiento controlado mediante márgenes de garantía.
Las opciones, que durante décadas se negociaron de manera extrabursátil, dieron un salto cualitativo en 1973. Ese año se inauguró la Chicago Board Options Exchange (CBOE) con opciones sobre acciones, y se publicó el modelo de valoración de Black‑Scholes (quienes ganaron el premio nobel por este trabajo, que profesionalizó el análisis del riesgo y el precio de las primas). La regulación estadounidense, por su parte, fue modernizando el marco de derivados creación de la Commodity Future Trading Commission (CFTC) en 1974, lo que abrió la puerta a nuevas familias de productos.
Desde los años setenta y ochenta, la globalización financiera y los regímenes de tipo de cambio flexibles, impulsaron contratos sobre: divisas, tasas de interés, índices accionarios y de energía. Se introdujeron opciones sobre futuros, ampliando enormemente, las posibilidades.
La revolución tecnológica redefinió la microestructura: en 1992 CME lanzó Globex, una de las primeras plataformas electrónicas para negociación casi continua, reduciendo costos de transacción y ampliando el acceso global.
Tras la crisis financiera global (2007–2009), los reguladores empujaron a la compensación centralizada y la transparencia en derivados estandarizados. En paralelo, surgieron productos que acompañaron la transición de tasas de referencia, por ejemplo: la demanda de coberturas climáticas o de volatilidad y, más recientemente, derivados vinculados a criptoactivos en mercados regulados.
Situación actual en el mundo
Hoy, los contratos de futuros y opciones son críticos para la gestión de riesgos. Productores, industriales, bancos centrales, compañias de servicios públicos, aerolíneas, gestores de portafolio y ahorristas sofisticados, los emplean para cubrir precios de materias primas, tipos de cambio, tasas de interés y valuaciones bursátiles; también para descubrir precios y para inversión táctica.
Los principales grupos y bolsas incluyen CME Group (que integra CME, CBOT, NYMEX y COMEX), Intercontinental Exchange (ICE), Eurex (Europa), London Metal Exchange (LME), Japan Exchange Group (JPX), Singapore Exchange (SGX), Hong Kong Exchanges (HKEX), NSE (India) y B3 (Brasil), entre otros. A la par, cámaras de compensación de gran solvencia (CME Clearing, ICE Clear, Eurex Clearing, etc.) y marcos regulatorios (CFTC, ESMA, FCA, MAS, SEBI, CVM) sustentan la estabilidad sistémica.
Situación actual en el CME
CME Group opera la mayor plataforma integrada de futuros y opciones del mundo, con negociación electrónica en CME Globex prácticamente 24×5, administración de riesgos centralizada a través de CME Clearing y una oferta que cubre commodities y activos financieros.

La oferta de datos de mercado y de clearing permite integrar soluciones de back‑office, gestión de colaterales y reportes regulatorios.
Cierre
Desde tablillas de arcilla hasta plataformas electrónicas de alcance global, los contratos de futuros y las opciones han evolucionado para resolver el mismo problema eterno: cómo gestionar la incertidumbre de precios.
La estandarización, la compensación centralizada y la innovación científica y tecnológica, transformaron acuerdos bilaterales frágiles en una maquinaria institucional que hoy, sostiene la formación de precios, la inversión y la cobertura en prácticamente toda la economía mundial.