Aunque ya comentamos sobre el incendio de Notre Dame quisiéramos explicar en forma más detallada varios casos ocurridos en los últimos tiempos y que forman parte de un plan que consiste en eliminar todo vestigio de civilización Cristiana

El 28 de marzo de este año el fígaro publicó un informe del Servicio Central de la Gendarmería, en el que se informa que, en el año 2018 se produjeron en Francia casi 3 actos de vandalismo por día y que alcanza una cifra similar a la del año 2017, incluyendo desmanes en cementerios Cristianos y Judíos.

Según informa el Diario Abc de Madrid en su edición del día 22/03/2019, en Nimes (departamento del Gard), cerca de la frontera con España, la iglesia Notre-Dame des Enfants (Nuestra Señora de los Niños), ha sido profanada de manera particularmente odiosa: unos desconocidos pintaron una cruz con excrementos humanos, saquearon el altar mayor y el sagrario, y robaron las hostias que fueron descubiertas más tarde entre montones de basura.

Así mismo, la iglesia de Notre-Dame en Dijon (departamento Côte-d’Or), en el este del país, sufrió el saqueo del altar mayor y las hostias fueron extraídas también del tabernáculo, esparcidas por el suelo y pisoteadas.

En Lavaur, en el departamento meridional del Tarn, la iglesia del pueblo fue asaltada por unos jóvenes en aparente estado de embriaguez. El brazo de una representación de Cristo crucificado fue «torcido» para hacer creer que hacía un gesto obsceno.

En la periferia de París, en el departamento de Yvelines, varias iglesias han sufrido degradaciones de diversa importancia, en Maisons-Laffitte y en Houilles.

Sin tener un origen religioso o cultural en particular, las profanaciones de esa misma semana, tienen un carácter anticristiano evidente. Llenos de un odio feroz. Los vándalos desean dar a sus actos una clara dimensión antirreligiosa. Durante los últimos meses, bandas antisemitas han profanado cementerios judíos, firmando sus acciones con cruces esvásticas nazis. En el caso de la profanación de las iglesias católicas, el vandalismo no está firmado, pero habla por sí solo: burlas atroces de la figura de Cristo en la Cruz y profanación de altares mayores”.

Como nos explica el Blog Ar Gedour, otro de “los centenares de ataques depravados tuvo lugar en Scrignac, en la región de Finisterre, Bretaña, donde incendiaron la capilla de Notre-Dame de Koat Keo, cuyos orígenes se remonta al siglo IX – considerada una de las obras de arte más importantes del patrimonio cultural de Bretaña. Al mismo tiempo los asaltantes profanaron la tumba adyacente a la Capilla, de un héroe local, como fue el Padre Jean Marie Perrot (Yann-Vari Perrot, en el idioma local), asesinado durante la Segunda Guerra Mundial”.

La jerarquía religiosa prefiere guardar púdico silencio La Conferencia episcopal y varias personalidades se han limitado a subrayar esa amenaza anticristiana, esperando que las autoridades políticas y policiales hagan su trabajo. En ese marco, quizá tenga particular importancia el incendio de la iglesia de Saint-Sulpice, (ver fotos en google), la más grande de las iglesias de Paris después de Notre-Dame y donde se creó en 1645 la famosa orden de vida apostólica conocida como la Compagnie des Prêtres de Saint-Sulpice

Como deducción de este parcial  relato del ataque permanente y sistemático, que sufre Francia, concluimos que los que dirigen nuestro país en todos los órdenes, tanto civiles como religiosos, no saben lo que pasa o lo saben muy bien pero… Trágico en ambos casos.

Los enemigos lo han resumido para nuestras autoridades, en una frase de una claridad absoluta, con un graffitti en una escuela católica en Sète, que dice: “La única Iglesia que ilumina, es la que arde”

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